También llamadas alternativas, proceden de recursos naturales ilimitados. Son poco contaminantes, pero presentan inconvenientes como las elevadas inversiones en infraestructura que requieren.
Energía hidroeléctrica:
Consiste en generar eléctricidad usando la fuerza que produce la caída de una gran masa de agua desde cierta altura. Los principales productores son Canadá, Brasil, EEUU, China y la Federación de Rusia.
Energía eólica:
Esta energía aprovecha la fuerza del viento para obtener eléctricidad en aerogeneradores, que pueden estar aislados o agrupados en un parque eólico. Entre los productores figuran Alemania, España, EEUU y Dinamarca.
Energía geotérmica:
Procede del calor interno de la Tierra (fuentes termales o vapor de agua). Se emplea en sistemas de calefacción o para generar electricidad. Entre los principales productores se sitúan EEUU, Filipinas y Mexico.
Energía solar:
Procede del aprovechamiento de los rayos del sol, a través de células fotovoltáicas y paneles solares, para generar energía eléctrica. Entre los principales productores se encuentran EEUU, Alemania, Australia y Canadá.
Energía maremotriz:
Se basa en el aprovechamiento del movimiento de las olas y las mareas para producir electricidad en centrales maremotrices. Entre sus principales productores se encuentran Francia, Reino Unido y Canadá.
Energía de la biomasa:
Consiste en el aprovechamiento de reciduos (agrícolas, ganaderos, forestales, urbanos...) como combustible en las industrias, en las calefacciones o para obtener gas. EEUU, Francia y Suecia figuran entre los productores destacados.
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